Venado viejo… venado joven: mestizaje, hibridez y transculturización en el drama de Jorge Celaya.
A partir del análisis de la obra
de Emilio Carballido, Yo, también hablo
de la rosa, la profesora Diana Taylor hace un análisis sobre los conceptos
de mestizaje, hibridez y transculturización, que tuvieron lugar en el
México-Tenochtitlan. Taylor, refiere que esta hibridez surge durante la época
colonial a partir de la unión de dos cosmovisiones; unión que trasciende más
allá de las ideas o el lenguaje y permanence hasta hoy. La hibridez tiene que ver con una auténtica “corporización”
(embodiment) de la memoria histórica, tanto individual como colectiva, y la
corporización que se refleja en los rasgos físicos propios del mestizo. Esta
integración cultural se evoca desde una memoria no solo cultural, en tiempo y
espacio, sino en el surgimiento de castas como lugar de encuentro de ambas
culturas.
Relacionando estos conceptos con
la obra Venado viejo… venado joven,
de Jorge Celaya, la obra da cuenta de este choque cultural entre el español (yori en lengua yaqui: blanco,
conquistador, criollo, en un sentido profundamente despectivo) y el indígena. Es pues una fusión entre lo nuevo y lo
viejo, como refiere el dramaturgo sonorense, y la herencia cultural (muy contradictoria, por cierto) producto de esta hibridez. Un claro ejemplo de esta simbiosis, dice
Taylor, es la Virgen de Guadalupe y la Malinche: símbolo de madre(s)
de los mestizos. La unión transcultural se afianza solo a través de una auténtica corporización física, originando la nueva raza cósmica
(como la llamó Vasconcelos) con su propia identidad cultural. La Virgen de Guadalupe y Malinche comparten así una sola conciencias cultural que habrá de transmitirse a sus hijos (¿no sucede acaso lo mismo con Pedro y su padre, en la obra de Celaya?). No obstante, si el choque cultural fue violento esta unión simbólica habrá de serlo por igual. Y es que tanto Malinche como la Virgen de Guadalupe son a su vez traidoras de sus
propias costumbres, nos dice Taylor: Malinche traicionó a los indígenas y la Virgen traicionó a la cultura europea que la
trajo a América, al hacerse morena y ser madre de los indígenas. Los yaquis de Jorge Celaya diran de ellas como dijeron de Pedro, el venado joven que se rehusó a gobernarnlos: los tres son torocoyori (los que traicionan).
El texto de Celaya da precisamente cuenta de este
conflicto cultural del que Taylor hace mención, donde el protagonista se encuentra en
constante conflicto consigo mismo durante la mayor parte de la obra, frente a su obligación de gobernar a su pueblo indígena. Los
elementos de corporización pueden verse en la danza del venado viejo, padre de
Pedro, y el rastro de sangre que sus movimientos dejan reclamando la obligación de su
hijo de hacerle frente a su legado. Se unen también dentro del drama elementos urbanos que
son parte de la modernidad de Pedro, pero que desde esa realidad reclaman su regreso. La
conciencia bicultural lo aturde –su
memoria individual y colectiva–; el metro le fastidia, es un subir y bajar
peldaños que no conseguir ubicarle en el mundo (referencia además al mexico-americano, "el chicano", del texto de Taylor).
Finalmente, tanto Pedro de Celaya como el mestizo de Taylor, se verán obligados, desde el texto espectacular como en la vida cotidiana, a asumir de su única y nueva identidad, su verdadera hibridez.
Finalmente, tanto Pedro de Celaya como el mestizo de Taylor, se verán obligados, desde el texto espectacular como en la vida cotidiana, a asumir de su única y nueva identidad, su verdadera hibridez.
Muy buena entrada. Has vinculado claramente y de forma explicativa el texto teórico con la obra de teatro.
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